LA HABANA, 23:45H.

Nunca me sentí tan solo como en La Habana,
no por falta de gente, sino por falta de vos,
nunca andé tan perdido como por sus calles desconchadas,
pensándote día y noche, buscándote desde el Malecón…

Está lloviendo en la ciudad re-habitada,
se aproxima lentamente el temporal.
Estoy tan lejos que esta parece también mi casa
(quizá esta gota haya venido desde mi mar…)

Así te siento, a veces tan cerca, a veces tan lejos,
como este latido, que no deja de llamar,
y no te olvido ni cuando camina el tiempo,
si quiero estar contigo, sólo te puedo soñar…

Se distrajo la madrugada, y olvidó que yo estaba allí,
agarrado a la almohada como un naufrago de ti.
Tratando de no hundirme cuando arrecie el temporal.
Esperando a que el sueño sea anticiclón de esta soledad.

El polen que huelo, si no es el tuyo, ni quiero olerlo,
el agua que bebo no me sabe saciar la sed.
La única que quiero es la que te corre por dentro.
Chinita, cuando te encuentre, no me canso de beber...

El noticiero dice que hace sol en el extranjero,
pero este extranjero no se deja de nublar,
sin tú calor para que se evapore el aguacero,
o un viento que lo lleve caminito de ultramar.

Así me siento, a veces tan loco, a veces tan cuerdo,
como este latido, que no deja de llamar,
y no te olvido, ni cuando se para el tiempo,
si quiero estar contigo, sólo tengo que soñar...

Así me siento, a veces tan rojo, a veces tan negro,
como este canto, que no deja de sonar,
y no te olvido, ni cuando se hace el silencio,
no puedo estar contigo, sólo te puedo cantar...